En una emotiva muestra de sororidad y comunidad, la Población Los Copihues se convirtió en el primer escenario de un inspirador encuentro de bordado terapéutico, donde nueve mujeres cuidadoras se reunieron para explorar el arte del bordado como una forma de autocuidado, expresión personal y grupal.

En el evento, que tuvo lugar en el Centro Comunitario del barrio, vivimos una  experiencia de crecimiento personal con arte textil a través de nuestra metodología científica y amorosa guiamos a las participantes en un viaje de autoexploración y creatividad mientras aprendían técnicas simples y escandalosas para decorar esas prendas de jeans que tenían olvidadas en sus closets y que hoy son una joya icónica y favorita.  

Con una paleta de hilos vibrantes, mostacillas, perlas y brillos, las alumnas se embarcaron en proyectos que reflejaban sus propias experiencias y emociones expresadas en líneas, geometría y puntos como composiciones abstractas que expresan la diversidad y la singularidad de cada participante.

Para estas mujeres que postergan su vida por entregar asistencia permanente a un familiar que tiene una discapacidad, dependencia funcional moderada o severa y/o necesidades educativas especiales permanentes, habitar un espacio como este se vuelve un momento significativo de merecimiento, una oportunidad para volver a ellas mismas, recapitular su vida, recibir el reconocimiento del grupo, validar sus sentires, sentirse en confianza para transparentar sus emociones sin ser juzgadas y ser comprendidas a la vez . 

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